domingo, 28 de septiembre de 2008

El compromiso "engagement": el mejor remedio para el malestar del mundo.


Saludos estimados amigos, gracias por interesarse en este sitio.

Hace unos días terminaba con un trabajo de investigación relacionado con el concepto compromiso o "engagement" y su impacto como determinante del logro educativo. A decir verdad resultó ser muy interesante, ya que me encontré con lo que puede ser la respuesta a muchas de nuestras preguntas.

En ese trabajo, señalaba que: "el concepto engagement es distinto desde la perspectiva del alumno y del profesor. El primero es el actor que debe cumplir con ciertas funciones pero que en el proceso educativo es, en estricto sentido, receptor del trabajo o servicio ofrecido. El segundo, es aquel que se desempeña laboralmente, ofreciendo un servicio con el objeto de depositar conocimiento en el alumno, haciendo uso de su habilidad y los recursos disponibles".

"Mientras que uno responde a un objetivo personal, apoyado en este nivel básico, principalmente por su familia; el otro responde a un objetivo no solamente personal, sino al de su “empresa”, ya sea ésta pública o privada...".(Sánchez, Armando.2008)

Cuando diseñé este blog, partí de la idea de que se compartieran ideas tal y como surgen, sin censura, pero con mucha responsabilidad. Hablaba de la importancia de terminar de una vez por todas con el proceso de desdoblamiento de la sociedad, empujando con nuestras ideas y acciones a retomar la realidad, tal y como es. Esto, con el único propósito de proponer soluciones reales para problemas reales.

La educación en México definitivamente no se encuentra en su mejor momento. Países de las denomindas economías emergentes como China e India nos superan en casi todos los indicadores de este ámbito y algunos otros. Los datos demuestran que no importa la cantidad de recursos que se inviertan: si el factor humano no está comprometido con un objetivo, si no potencializa sus habilidades para adquirir y generar conocimiento, el resultado será adverso.

Por otra parte, nos encontramos con una brecha bastante interesante. En México, autores como Macario Schettino en su libro "Cien años de confusión, México en el Siglo XXI", nos quitan la venda de los ojos, señalando los principales hechos de nuestra historia que han sido manejados para beneficio de ciertos grupos, generando una realidad virtual en los mexicanos. Una realidad llena de héroes, de escenas gloriosas e imágenes que nos motivan a ser "mejores", como aquellos que "defendieron la patria".

Pero, como no sentirse confundido con tantos hechos y tanta información que nos invade hasta el aturdimiento. Un Gobierno que no reconoce el poder del pueblo que lo elige; una ola de violencia sin precedente; "periodistas" que manejan los medios de información de manera vulgar, políticos que parecen sacados de un guión mediocre para comedia con humor negro; instituciones que llevan al límite de la coherencia a los individuos; una democracia que no funciona para el 100 por ciento de sus ciudadanos; empresarios inhumanos que navegan con bandera de héroes; líderes religiosos alejados de la gracias de su Dios. Pensar en tantos problemas sin duda nos deja sin energía, nos provoca dolor de cabeza y pone en riesgo nuestros valores, nuestra integridad...nuestra Fe.

Antes discutía con mis compañeros de escuela porque defendía con pasión la idea de que uno puede empezar a cambiar el mundo. Saben que, sigo creyendo lo mismo.

Creo que si empezamos a exigirnos más, si comenzamos a retomar los valores que dan fortaleza y nos llevan al éxito, lo podemos lograr. Para eso necesitamos comprometernos con nuestros objetivos, con una idea clara de nosotros mismos. Debemos aferrarnos a nuestras creencias y dejar un margen para la aceptación de las otras. Defender nuestro lugar y a nuestro planeta al mismo tiempo, recordemos que sin mundo no hay humanidad.

La exigencia no debe centrarse en un sólo agente. Es decir, si queremos que las cosas cambien tenemos que transparentar al mundo, no sólo al Gobierno y su forma de operar. Debemos saber cómo funcionan las empresas, si cumplen con la calidad que prometen y por la que cobran los precios que establecen para los bienes y servicios que producen y ofrecen. Si cumplen en todas sus facetas: como patrones, como productores, como vendedores, como cobradores, etc. Si los líderes religiosos son personas íntegras que viven realmente sobre la base filosófica que profesan. Si los escritores, filósofos, expositores de las más finas artes realmente aportan los elementos que demanda la sociedad de hoy en día.

Hagamos un examen de conciencia sobre nosotros mismos en el rol que jugamos actualmente, como gobernantes, gobernados, empresarios, empleados (as), abuelos (as), padres, madres, hijos (as), líderes, seguidores...sólo así podremos poner los piés sobre la tierra, más aún, si nos sentimos comprometidos con una idea de planeta, nación, sociedad e individuo...podremos lograr algo bueno por los demás y por nosotros mismos.