domingo, 26 de octubre de 2008

El síndrome "Burn Out", cada vez más común...



Ahora que he tenido la oportunidad de leer acerca del concepto "engagement" o compromiso, tuve que remitirme al origen, encontrándome con el denominado síndrome "Burn Out" (estar quemado"). Entendiéndo éste como un estado físico y psicológico que denota desgaste, sobretodo en las relaciones dentro del esquema laboral.

Aunque hoy en día se puede revisar una literatura más extensa sobre el tema, en realidad los alcances en investigación en nuestro país no han avanzado con una tendencia clara a la formulación de soluciones serias; más bien son actualmente la base de técnicas paramétricas de las que se han apoderado algunos grupos consultores para asesorar a las empresas en cuanto al tema de desarrollo del capital humano y la formulación de esquemas de compensación que desde este punto de vista son más justos para el trabajador y favorecen la relación no sólo entre los actores de la empresa sino también fortalecen los vínculos con elementos que conforman la parte fundamental de la planeación estratégica: misión, visión, líneas de política, decálogos de compromiso y ética profesional, objetivos estratégicos, entre otros.

Me dio gusto encontrarme con un artículo publicado el pasado viernes 24 d octubre en el sitio web del diario mexicano La Crónica, publicado por Bertha Sola, con un enfoque orientado a salud, pero en un nivel muy claro que permite entender este concepto, por lo que me permito citarlo para más adelante continuar con el tema, orientándolo hacia economía y educación. Este es el texto:

"Si te sientes cansado, desmotivado y sin ganas de trabajar puede ser producto de muchos factores del que sin duda uno muy importante es el cansancio. Sin embargo, también pueden deberse a factores externos relacionados con el tipo y el ambiente de trabajo, así, a mediados de los años 70, se empezaron a advertir ciertas conductas y síntomas de agotamiento en profesionales de la salud que fueron descritas por un psiquiatra norteamericano y denominados con el nombre de Síndrome de Burnout o “estar quemado”.

En este estudio realizado en una clínica de adicciones, se observó que al cabo de un año, la mayoría del personal sufría de pérdida progresiva de energía, agotamiento, ansiedad y depresión, desmotivación en su trabajo y agresividad para con los pacientes y con ello bajo rendimiento laboral. Estudios posteriores demostraron los mismos síntomas en personas que trabajan en contacto directo con otras personas y bajo una fuerte presión.

Entre los factores detectados como de riesgo para generar un empleado “quemado” se encontraron los siguientes:

• Problemas internos entre la empresa y el individuo.

• Desorganización en el ámbito laboral que pone en riesgo el orden y la capacidad de rendimiento del empleado.

• Falta de claridad en los roles y tareas.

• Cargas de trabajo desiguales.

• Bajos incentivos económicos.

• Lugar insalubre.

• Falta de equipo y herramientas para realizar las tareas encomendadas.

• Falta de capacidad de adaptación personal.

• Ambiente frío, agresivo y desmoralizante por parte de los directivos.

• Incertidumbre por falta de metas y objetivos precisos.

• Inseguridad laboral y/o en las condiciones económicas y de estabilidad en el trabajo.

• Ambiente social desagradable.

• Exceso de horas de trabajo, sin remuneración de ningún tipo.


Como los síntomas no se presentan de modo constante y sí lo hace con oscilaciones y variaciones de intensidad, no es fácil establecer el diagnóstico. Posteriormente, la psicóloga Cristina Maslach, profesora de la Universidad de California, estudió las respuestas emocionales de profesionales que laboran con otras personas y calificó a los afectados de tener una sobrecarga emocional o síndrome de Burnout. Para medir el nivel de agotamiento profesional, ideó una escala conocida como “Escala de Maslach”.Algunos síntomas o manifestaciones que se presentan pueden ser:

• Agotamiento emocional o bajo interés por lo realizado.

• Despersonalización o deshumanización, manifestado por actitudes negativas, insensibilidad y hasta cinismo.

• Falta de realización personal con tendencias a evaluar el propio trabajo de forma negativa.

• Síntomas físicos de estrés, cansancio, dolor de cabeza y malestar general, insomnio, dolores en huesos, músculos y articulaciones, alteraciones gastrointestinales, palpitaciones cardiacas o taquicardia, sudoración extrema y otras.

• Manifestaciones mentales: sentimientos de vacío, fracaso, agotamiento, impotencia, baja autoestima y pobre realización personal.

• Es frecuente manifestar nerviosismo, inquietud, disminución en la capacidad de concentración y una baja tolerancia a la frustración, con comportamiento paranoide y /o agresivo hacia los clientes, compañeros y la propia familia.

• Manifestaciones conductuales que pueden llevar al desarrollo de adicciones: Predominando conductas adictivas hacia el consumo de café, alcohol, fármacos y en ocasiones drogas ilegales.

• Conductas que tienden a evitar relaciones sociales, laborales y familiares y se manifiestan en ausentismo laboral, bajo rendimiento personal, distanciamiento afectivo de los clientes y compañeros y frecuentes conflictos interpersonales en el ámbito del trabajo y dentro de la propia familia.

Así que si tú sientes que tienes alguno o varios de estos síntomas y sientes que provienen por tu tipo de trabajo, solicita ayuda profesional, tómate unas vacaciones y valora si lo que estás haciendo es lo que deseas y te gusta, a pesar de las condiciones laborales. Si quieres enviarnos alguna sugerencia o comentario, mándanos un correo electrónico con todos tus datos a bienestar@cronica.com.mx"

Así que ya saben, si tienen problemas de este tipo por favor pidan ayuda a los profesionales, recuerden que todos los problemas tienen solución y estar acompañado o bien sentirse escuchado ayuda bastante.