sábado, 23 de agosto de 2008

Inseguridad y pobreza, los grandes negocios de hoy


Aunque este es un tema muy comentado, en México no solamente se ha vuelto recurrente, sino que la percepción de unos cuantos nos lleva a pensar que la pobreza y la inseguridad han llegado a niveles que nunca antes se habían observado.

Es difícil encontrar razones precisas, ya que los factores son muchos y muy diversos. Una parte importante se origina por la situación económica nacional que se resiste a terminar con esquemas viciados además de enfrentarse a un panorama internacional incierto. Las amarras siguen sujetas a las misma anclas: dependencia de los ingresos petroleros; esquema fiscal que sofoca a personas físicas y morales cautivas de la hacienda pública y que favorece a los grandes capitales con impresionantes excenciones millonarias; una dinámica política partidista generadora de ilusiones de bienestar social, simulando un marco democrático en un entorno en el que las instituciones siguen siendo utilizadas en beneficio de intereses parciales y que no se compromete con el desarrollo de un proyecto de nación que atienda la complejidad de nuestra gente y nuestro territorio. Estamos frente a un modelo económico que promueve la inversión de manera desordenada y sin generar acuerdos en los que los capitales nacionales y extranjeros sean copartícipes de la realidad del país.

Cuando el sistema económico sufre caídas en una etapa de desarrollo, de manera análoga a las etapas del desarrollo humano, al inicio, cuando éste es joven se justifica en sus etapas de aprendizaje y maduración. Sin embargo, cuando el sistema envejece, con antecedentes de descuido, falta de ejercitación, mala alimentación y además muchos vicios; una caída puede provocar fracturas, malestares recurrentes y diagnósticos pesimistas en procesos degenerativos.

Por si fuera poco, estos eventos arrastran a la sociedad hacia caminos inciertos, enfrentando las peores expresiones de descomposición de la calidad humana. La inseguridad, las drogas y en general la falta de respeto a la vida; desencadenando un proceso de metástasis del cáncer que nos aqueja.

Entonces, a pesar de las grandes pérdidas muchos siguen ganando, aquellos que se sienten amenazados tienen que pagar grandes cantidades de dinero para comprar seguridad, entonces los malos pueden convertirse en buenos sin mayor problema. La pobreza da vida a hechos que amenazan toda lógica y todo proceso de comprensión. Un corrupto con dinero puede tener una buena defensa. Un pobre que roba un pan debe cumplir con su condena sin tener acceso al sistema legal que defiende nuestros derechos primordiales. Los bancos ganan más en procesos de incertidumbre; cuando el riesgo aumenta se castiga al sector más desprotegido, duplicando sin problema y sin restricciones jurídicas las tasas de interés y el costo de los servicios deficientes que proporcionan. Quienes tienen los recursos suficientes gozan de los beneficios de las tasas preferentes.

Pero nos queda todavía mucho por qué luchar, en Japón, India y China tenemos ejemplos vivos de que el ave fénix puede renacer de las cenizas. Solo se requiere de voluntad, de reconocer que cada uno de nosotros somos motor de cambio, que está en nosotros exigir calidad a nuestros gobernantes, a banqueros y empresarios, demostrando nuestra capacidad evolutiva en términos de expresión cultural y consciencia.

Respetemos la vida, eso lo comprende todo. La vida está representada en todo lo que nos rodea, nuestro planeta, nuestro aires, mares, bosques, desiertos, nuestros animales, nuestra gente.

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