viernes, 30 de noviembre de 2007

Crédito: un tema que hoy atormenta a muchos mexicanos


Recientemente se ha publicado en todos los medios una cantidad considerable de artículos en relación con los distintos tipos de crédito, consejos útiles para tomar la mejor decisión, noticias alarmistas en relación con el crecimiento de los niveles de crédito otorgado y la proporción en cartera vencida. Sin embargo, no he encontrado alguno que exponga en términos reales lo que se vive cotidianamente, por ejemplo, tratándose de el caso de una familia de clase media en México.

Lo que sucede es que desde esta óptica, salen a la luz problemas aún más complejos, que inciden directamente en nuestra cultura, la calidad de vida y la red de valores que sirve como base para delimitar las relaciones sociales.

Veámoslo de esta forma, imaginemos a una mujer o un hombre jóvenes, iniciando su vida laboral. Inicia entonces la confrontación con una realidad que no todos experimentamos en un mismo orden cronológico. Los padres hacen evidente la necesidad de participar en la economía familiar, debiéndo los hijos hacerse cargo siquera de sus gastos personales. En ese momento comenzamos a conocer "el costo real" de la vida, comenzando a entender el porqué de los problemas familiares en torno al dinero. Se afianza día con día la posición en el trabajo, y a medida que se avanza en forma ascendente a través del organigrama de la empresa privada o la dependencia pública en la que se labora, nos damos cuenta que crece también el riesgo de perder el trabajo a causa de la cada vez más agresiva competencia.

Inicia la formulación de proyectos personales y en algunos casos en dupla con quién elegimos será nuestra pareja. Estos proyectos se ven afectados por la capacidad económica que debe tenerse para hacerlos viables. Se formaliza la unión, la boda como el gran evento con el que se comparte esta etapa con amigos y familiares; dependiendo de los gustos y los gastos, casi siempre inicia esta etapa rasgando nuestros bolsillos. Ahora viene algo importante, la instalación en un espacio; rentado o propio, no importa, de cualquier forma debe cubrirse el costo por adaptar lo que será "nuestro hogar".

Las instituciones bancarias parecen percibir que hay una aparente capacidad de solvencia, aunque a mi parecer lo que toman en cuenta es la necesidad de recursos y no la capacidad real para pagar un adeudo. Los jóvenes necesitan recursos para pagar la escuela, aquirir un automóvil o un inmueble, así que se diseña una diversidad de productos, por supuesto difundidos a través de campañas mediáticas bastante agresivas.

El día esperado ha llegado, después de intentar en diversas ocasiones obtener un crédito, sorpresivamente se abren las puertas de los bancos que autorizan el manejo de hasta tres productos de crédito al mismo tiempo. Entonces debemos preguntarnos, ¿es objetivo el estudio que se hace para otorgar un crédito? Honestamente lo dudo. Hay personas que tienen ingresos apenas mayores al mínimo requerido (5 mil pesos) y tienen créditos por más de 50 mil pesos, considerando el costo anual promedio que se maneja actualmente de entre 34 y 45 porciento, difícilmente esta persona tendrá la capacidad de cubrir el costo del crédito autorizado. Esto, aunado a que la información en este mercado dista mucho de ser perfecta, ya que el solicitante puede desconocer compromisos que no están registrados en el buró de crédito, como son los arrendamientos, colegiaturas, prestamos "informales", tandas, etc.

Entonces propongo que nos hagamos estas preguntas: ¿somo capaces de hacer un estudio individual de nuestra capacidad de pago?, ¿entendemos realmente como funciona el crédito?, y ¿hasta que punto somos responsables de mantener niveles viables de endeudamiento?

Para la primer pregunta, todos debemos dar la misma respuesta: "sí". Somos nosotros mismos quienes debemos calcular nuestra capacidad de pago considerando la totalidad de compromisos contraídos, los cuales impactan directamente en nuestro bolsillo. Por ejemplo, al llegar el día de cobro (la esperada quincena) se puede hacer una pequeña lista de los gastos que se cubren con ese dinero. Será sencillo saber con cuánto podemos disponer cada mes. Recuerda que el crédito te da un efecto virtual de liquidez, pero cuando llega el momento de pagarlo, debe tenerse una capacidad mayor al crédito solicitado, pues deberán cubrirse conceptos como: comisiones e intereses, principalmente.

En cuanto a la segunda pregunta, todos debemos ser cautelosos. Recuerden que los Bancos son una empresa que al igual que las demás esperan obtener utilidades, "nada es gratis", todos los instrumentos de crédito son costosos y desconocen el concepto de "justicia social". Se cobran intereses sin distingo del nivel económico. Por ejemplo, a toda persona que sea "sujeto de crédito" le pueden autorizar 5 mil pesos, el costo anual total del crédito (CAT) es el mismo para todos; pero no impacta de la misma manera a un obrero que a un empresario pagar una tasa del 40 por ciento. El empresario o simplemente un profesionista quizá tenga la posibilidad de cubrir su deuda antes de cumplir el plazo; sin embargo, una ama de casa o un obrero con menores ingresos diferirán los pagos, en el mejor de los casos al tiempo límite, de lo contrario se extenderá el tiempo y el costo del crédito, ahora sumando intereses y penalizaciones por no cumplir con el compromiso de pago.

Por último, para la tercer pregunta, no nos queda más que responder que sí compartimos la responsabilidad al contraer nuestra deuda. Nosotros podemos afectar el análisis al no proporcionar a detalle y de manera correcta la información que solicita el banco. Recuerden que al no considerar algunas deudas y compromisos nos engañamos nosotros mismos pensando que tendremos la capacidad de liquidar a futuro nuestras deudas con el banco. Dejemos de ser tan inocentes, sabemos que los bancos prestan "caro" y que solicitamos un crédito precisamente porque no tenemos el dinero que necesitamos en ese momento para cubrir nuestras necesidades. Es en este punto en dónde salta a la vista lo más grave, se habla mucho de la voracidad de los bancos al otorgar créditos a diestra y siniestra, pero poco se habla de que gran parte de la población ya no tiene capacidad para cubrir sus necesidades básicas, porque les aseguro que si hacemos un análsis a fondo, quizá nos encontremos con que los créditos personales y las tarjetas de crédito son utilizados para comprar alimentos, medicinas, colegiaturas, ropa, etc., y peor aún, para dar revolvencia a otros créditos, renegociando deudas en condiciones desfavorables.

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